Nuestro origen

Desde la Sierra Nevada, corazón de la tierra, fuente vital y primaria de toda energía nace Café La Tagua. Cosechado en la “Línea Negra o Sei Shisha”, territorio ancestral de la zona, donde confluyen sitios sagrados de las etnias indígenas locales que aún permanecen, crece esta semilla de café, abasteciéndose de uno de los puntos  donde la energía trascendental del mundo fluye con más fuerza, recargando las raíces de los árboles nativos de la zona que eclipsan los sembrados de la finca La María.

Respetando los ciclos de la tierra, La María solo entrega una producción de café al año entre los meses de diciembre y marzo. En este proceso participan comunidades locales y pueblos ancestrales como los Wiwas, quienes piden permiso a la Sierra para trabajar su suelo y extraer sus energías y nutrientes transformándolos en granos de café. 

El deshielo del nevado fluye de manera natural en las plantaciones de La Tagua, teniendo el privilegio de ser una de las primeras fincas en recibir el arroyo que desciende de ella beneficiando a cada planta del sembrado. Grano a grano, colaboradores de la zona recogen la cosecha de manera manual, seleccionando las mejores cerezas del cafetero que luego de ser despulpadas y procesadas, son cargadas por mulas que descienden desde la montaña llevando la herencia de nuestros ancestros; un café de origen tan especial que logra entregar balance y bienestar en cada sorbo y consigue transportarte al corazón de estas tierras desde su primera gota.

Pero la experiencia no termina ahí, Café La Tagua busca crear conciencia, más allá de una taza de café, quiere entregar conocimiento educando a sus consumidores a través de un  recorrido de experiencias sensoriales que pueden disfrutar al consumirlo, haciendo fácil, emocionante y placentero este ritual.

 

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